Sunday, October 10

Opio dominical

Un desparpajo de hojas maltratadas rompiendo con el elegante simplismo minimalista del restirador. La regla t seduciendo al vacío, fantaseando con ser usada, al menos, para trazar los márgenes de un plano de fase. Un par de ventanas sordas, miradores antagónicos, alzando la voz y proclamando solemnemente su contrariada hegemonía sobre el refilón de luz ocre que matiza la rugosidad del muro blanco, pretendiendo emular el reflejo inalcanzable sobre las praderas lejanas de algún paraje invernal de carretera. Un pizarrón blanco, diminuto si se le compara con la aversión aglutinante del lenguaje abstracto plasmado por mis plumones en su interior: diluidas hipérboles, coloridos ejes y viscosos caracoles obstinados en encontrar, después de todo, un nucleo distinto: un orígen alternativo.

Un botón a punto de florear en el brazo mas largo de la pequeña hojarasca que apenas intenta desbordar la improvisada maceta situada en la esquina del escritorio, ataviado de literatura y arte, y el teléfono elucubrando tras su fragante ramerío el librero donde guardo, entre otras funestas curiosidades, un Luxury Limited Edition Handcrafted-Set de enloquecedoras siluetas de rubí y diamantes, un cubo rosa mexicano e improvisados bocetos a mano alzada, sorprendentemente decorados con el tinte sutíl de una humeante taza de café. Ni en la punta de la punta del rascacielos más imponente del planeta encontraré jamás algo que se le parezca.

La puerta entreabierta me invita a despojarme del cautivador velo de las frescas sábanas recíen lavadas, cuando me percato de algo absolutamente extraño:

El triste y desconsolado colibrí, aferrado al recuerdo insalvable de su único amor, atraviesa el contaminado ocaso desde algún lejano y apuesto árbol para rondar la bugambilia, seca de otoño. Su lúgubre aleteo es el reflejo manifiesto de un corazón acelerado que, al percatarse de su trágico infortunio, no encuentra otra alternativa que darse de topes, una y otra ves, contra el traslúcido cristal...

"Cuanto más vulgar e ignorante es el hombre, menos enigmático le parece el mundo; todo lo que existe y tal como existe le parece que se explica por sí solo, porque su inteligencia no ha rebasado aún la misión primitiva de servir a la voluntad en calidad de mediadora de motivos".

- Arthur Schopenhauer