Monday, December 19

La falacia del egoísmo como amor a sí mismo...

"La persona egoísta solo se interesa por sí misma, desea todo para sí misma, no siente placer en dar, sino únicamente en tomar. Considera el mundo exterior sólo desde el punto de vista de lo que puede obtener de él; carece de interés en las necesidades ajenas y de respeto por la dignidad e integridad de los demás. No ve más que a sí misma; juzga a todos según su utilidad; es básicamente incapaz de amar. ¿No prueba eso que la preocupación por los demás y por uno mismo son alternativas inevitables? Sería así si el egoísmo y el autoamor fueran idénticos. Pero tal suposición es precisamente la falacia que ha llevado a tantas conclusiones erróneas respecto a nuestros problemas. El egoísmo y el amor a sí mismo, lejos de ser idénticos, son realmente opuestos. El individuo egoísta no se ama demasiado, sino muy poco; en realidad, se odia. Tal falta de cariño y cuidado por sí mismo, que no es sino la expresión de su falta de productividad, lo deja vacío y frustrado. Se siente necesariamente infeliz y ansiosamente preocupado por arrancar a la vida las satisfacciones que él se impide obtener. Parece preocuparse demasiado por sí mismo, pero, en realidad, sólo realiza un fracasado intento por disimular y compensar su incapacidad de cuidar su verdadero ser. El egoismo es narcisista, como si negara su amor a los demás y lo dirigiera hacia sí. Es verdad que las personas egoistas son incapaces de amar a los demás, pero tampoco pueden amarse a sí mismas."

El arte de amar. Teoría del amor (fragmento)
-Erich Fromm

Thursday, June 16

Amiga mía

Amiga mía... yo no soy lo que parezco. Mi aspecto exterior no es sino un traje que llevo puesto; un traje hecho cuidadosamente que me protege de tus preguntas, y a ti de mi negligencia. El "yo" que hay en mí, amiga mía, mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre, inadvertido e inabordable...

No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, pues mis palabras no son otra cosa que tus propios pensamientos, hechos sonido, y mis hechos son tus propias esperanzas en acción. Cuando dices: "El viento sopla hacia el oriente", digo: "Sí, siempre sopla hacia el oriente"; pues no quiero que sepas entonces que mi mente no mora en el viento, sino en el mar... no puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas. Prefiero estar a solas en el mar...

Cuando es de día para tí, amiga mía, es de noche para mí; sin embargo, todavía entonces hablo de la luz del día que danza en las montañas, y de la sombra purpúrea que se abre paso por el valle; pues no puedes oír las canciones de mi oscuridad, ni puedes ver mis alas que se agitan contra las estrellas, y no me interesa que oigas ni que veas lo que pasa en mí; prefiero estar a solas con la noche...

Cuando tú subes a tu cielo, amiga mía, yo desciendo a mi infierno. Y aún entonces me llamas a través del golfo infranqueable que nos separa: "¡Compañero! ¡Camarada!", y te contesto:" ¡Compañera! ¡Camarada!", porque no quiero que veas mi infierno. Las llamas te cegarían, y el humo te ahogaría. Y me gusta mi infierno; lo amo al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar solo en mi infierno...

Tu, amiga mía, amas la verdad, la belleza y lo justo, y yo por complacerte digo que está bien y simulo amar estas cosas. Pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor por estas entidades. Sin embargo, no te dejo ver mi risa: prefiero reír a solas...

Amiga mía, eres buena, discreta y sensata; es más: eres perfecta. Y yo, a mi vez, hablo contigo con sensatez y discreción, pero... estoy loco, sólo que enmascaro mi locura. Prefiero estar loco, a solas...

Amiga mía, tú en realidad no eres solo mi amiga. Pero, ¿cómo hacer que lo comprendas? Mi senda ahora no es tu senda y, sin embargo, caminamos juntos, tomados de la mano...

* * * * *

Adaptación
Gibrán Khalil Gibran

Thursday, February 10

What is home??

"My home is always where I am. My home is in my head. My home is what I think about or what I try to sink in my mind into thinking that I think. That is my home. My home is not a material home or somewhere out there, you know? My home is in my head."

-Robert Nesta Marley

Wednesday, February 2

El amor

Y él alzó su cabeza, miró a la gente
y la quietud descendió sobre todos.
Entonces, con fuerte voz dijo:

Cuando el amor os llame, seguidle.
Aunque su camino sea duro y penoso.
Y entregaos a sus alas que os envuelven.
Aunque la espada escondida entre ellas os hiera.
Y creed en él cuando os hable.
Aunque su voz aplaste vuestros sueños,
como hace el viento del norte,
el viento que arrasa los jardines.
Porque, así como el amor os da gloria,
así os crucifica.
Así como os da abundancia, así os poda.
Así como se remonta a lo más alto
y acaricia vuestras ramas más débiles,
que se estremecen bajo el sol,
así llegará hasta vuestras raíces
y las sacudirá en un abrazo con tierra.
Como a gavillas de trigo
él os une a vosotros mismos.
Os desgarra para desnudaros.
Os cierne, para libraros de los pliegues
que cubren vuestra figura.
Os pulveriza hasta volveros blancos.
Os amasa, para que lo dócil y lo flexible
renazca de vuestra dureza.
Y os destina luego a su fuego sagrado,
para que podáis ser sagrado pan
en la sagrada fiesta de Dios.

Todo esto hará el amor en vosotros
para acercaros al conocimiento de vuestro corazón
y convertiros por ese conocimiento
en fragmento del corazón de la Vida.
Pero si vuestro miedo
os hace buscar solamente la paz
y el placer del amor,
entonces sería mejor
que cubrierais vuestra desnudez
y os alejarais de sus umbrales
hacia un mundo sin primavera
donde reiréis,
pero no con toda vuestra risa,
y lloraréis,
pero no con todas vuestras lágrimas.

El amor no da más que de sí mismo
y no torna nada más que de sí mismo.
El amor no posee ni es poseído.
Porque el amor es todo para el amor.
Cuando améis no digáis:
“Dios está en mi corazón”,
sino más bien:
“Yo estoy en el corazón de Dios”.
Y no penséis en dirigir el curso del amor
porque será él,
si os halla dignos,
quien dirija vuestro curso.
El amor no tiene otro deseo
que el de realizarse.

Pero si amáis
y no podéis evitar tener deseos,
que vuestros deseos sean estos:
fundirse y ser como el arroyo,
que murmura su melodía en la noche;
saber del dolor del exceso de ternura;
ser herido
por nuestro propio conocimiento del amor;
sangrar voluntaria y alegremente.

Gibran Khalil Gibran (1883-1931)

Monday, January 10

Tuve un sueño...

Tras un par de gafas oscuras, mi vista encontrábase perdidamente sumergida en el patrón geométrico plasmado en la superficie fría, plana y lisa de esa mesa de acero en el patio del edificio de diseño industrial. Estaba postrado ahí con los brazos en escuadra, la espalda arqueada completamente separada del respaldo de la silla, las piernas bien separadas y la cabeza medio agachada, con la misma expresión sínica de aburrimiento que mi sobrina les ofrece, y no de muy buen modo, a todos mis tíos en las reuniones familiares. De reojo alcancé a ver un grueso y maltratado libro de hojas amarillentas sobre la mesa, como uno entre tantos voluminosos ejemplares de cálculo amontonados en la estantería del fondo del pasillo principal de la biblioteca de la facultad, con las esquinas de las hojas rotas y sucias. No reparé en el tema más de unos segundos y volví a la misión de recorrer con la vista el dibujo de la placa de acero de la mesa, y al hacerlo recorrer nuestro camino una vez más con la determinación de abrir una brecha en el sendero, tu sendero, que hemos caminado hasta ahora.

Hacía buen sol, y el rechiflón de aire que soplaba con ímpetu otoñal en dirección al pasillo de concreto gris logró disipar por un instante mi mente de tu amor, tus dudas y condenas. Escondido entre su invisible soplar -aderezado por el sonido de la losa en el fregadero de la cocina de la cafetería, los gritos del cocinero y el murmullo hambriento de unos 15 o 20 esperando turno tras el cristal – se agitaba un indescifrable misterio, como una nebulosa lejana, un lugar de anestesia con las puertas esperando a ser abiertas y, así, desbordar en profundo silencio ensalzado por el agridulce sabor de la nostalgia.

De alguna manera sabía que estabas ahí. Podía sentir tu tenue y avasallante mirada, que como llamarada en la punta de una flecha se clavaba en mi alma; como una bailarina tendida en el escenario con los brazos extendidos y la cadera recogida, las puntas coqueteando con el piso, la espalda y los hombros desnudos formando un arco con el torso, poniendo al descubierto el volcán de tu pecho desnudo por donde brota incandescente tu alma. Podía recordar tus lágrimas como gotas de ceniza bajando por tus mejillas, haciendo preguntas y exigiendo respuestas. Podía recordar el retumbar de tu voz de terciopelo y seda en los rincones de mi mente, prendiéndole fuego a mi respiración de forma instantánea. Podía percibir tu aliento y tu aroma, sentir tu presencia esperando por una señal, por un segundo de mis ojos, justo como en el primer instante.

Y es que en ese reducido espacio de 1.70 x 2.50 donde estudiábamos todos matemáticas, guardaste celosamente y bajo llave -tras la tersa piel y serena expresión de tu rostro- mi delirio de cada noche. No conforme con la condena, le echaste cerrojo con una tenue sonrisa tan estremecedora como la del cielo al tronar mientras llueve, y un par de candados más al quitar de mis grandes y concentrados ojos la redondez resplandeciente y enigmática de los tuyos al girar tu cuello hacia arriba y mirar al pizarrón de nuevo. Justo ahí decidiste confinar mis sueños, en una masmorra enrejada donde permanecen cautivas mis ilusiones y más fervientes deseos, donde habita desde aquel día el secreto que no me deja descifrar tus intermitentes e invisibles embates a mi razón, a mi conciencia y a mi ser, esa duda silenciosa que me reprocha lo que fue y lo que nunca será .

...y entonces desperté.

Tuesday, January 4

Bucanadas de gris humo, dulce bohemia

Podría ser que, de bote pronto, el solo hecho de ver realizados tantos objetivos tan vanos y superfluos (como el reconocimiento ajeno a nuestras aptitudes, capacidades de interacción social, dotes carnales, bíblicas virtudes, erudición intelectual y/o cualidades artísticas, etc.), pueda constituir, en sí mismo, el motor que pone en movimiento corazones y vidas enteras. Más aún, la ilusión de plenitud creada por las inevitables ínfulas posteriores al cumplimiento de tales empresas confinan a la insignificancia y al ostracismo la relevancia inherente a las inmensas laderas que aún esperan, cuesta arriba, por ser recorridas y, así, conducir a quien s lo proponga a un verdadero cenit espiritual.

Y es que, a reserva de la opinión de aquellas personas que entretienen sínicamente su débil espíritu con tales señuelos ideológicos y placebos de superación personal, al más puro estilo de El monje que vendió su Ferrari, el imperceptible tránsito a un encuentro permanente y continuo con el yo y con los dioses se puede solo conformar integrando los instantes que desbordan de energía emotiva el pecho y conviertien la languidez de la mirada en profundas e indescifrables lagunas por donde se asoma el cauce de las más cristalinas y espumosas corrientes que bajan como caudalosos rios por los peñascos de las mejillas, volviendo caliza la superficie del rostro y robusta la consistencia del alma. Lo sencillo sería, en dado caso, profesar sin pudor la inverosímil y paulatinamente desacreditada creencia que el ofuscado afán por el placer de lo perfecto es la única vía para que la vanidad y las imperiosas intenciones de volverse un ente inmaculado pueda materializarse, aunque sea en el imaginario de un par de fieles incrédulos. En consecuencia, el plantear a conciencia una alternativa que permita dejar de ser roido por esas derroidas emociones, y dar pie, mediante la discreción, la humildad y el trabajo, a un honroso círculo de dignidad, es, quizá, uno de las más importantes quiebres por acontecer en la diaria y continua transformación del destino y del espíritu de un ser humano.

¿Cual otra, si no esa, puede ser la personalidad de un empedernido y obstinado bohemio que se rehusa a corromper su capacidad de asombro, el más preciado de sus tesoros, a cambio de un par de monedas de conformismo pasajero y hueco? Su espíritu estará siempre, antes y despues de la muerte terrenal, dispuesto siempre a permitir ser trastocado por una continua fundación crítica, analítica y propositiva, profundamente emotiva y cargada de nostalgia, de recuerdos y anhelos en la penumbra del frio, de añoranza y al mismo tiempo de una insaciable sed de experiencias nuevas y desconocidas en las profundidades selva y al fondo del mar. Tal cual como se opone frontalmente el paradigma del cual se nutre el arte abstracto a la concreción abstracta y mercantilizada que ha tomado poseción de la pintura y la lírica en el naturalismo, e incluso de la fotografía moderna y de diversas técnicas cinematográficas, la exageración de las emociones y la capacidad de asombro se rehusan a ser dominadas por la superficialidad engorrosa y obligada de la frialdad mecanizada que penetra en los corazones que, por fuera, lucen marchitos, al tiempo que son corroidos por dentro. ¡Tan solo pregúntarselo a Degas!

¿No bastarían la mitad de estas ridículas e ingenuas razones para justificar toda una vida llena de momentos de calidad, así como de tropiezos y desencantos que, al final, solo consigan pintar una sonrisa en los arrugados y tersos labios de un anciano que, despues de haber cruzado el ancho mar en una balsa, ha decidido tocar con sus manos el fondo del más negro abismo para despues así volar sin fin por siempre jamás?


"Nada de lo humano me es ajeno"
-Terencio