Thursday, June 16

Amiga mía

Amiga mía... yo no soy lo que parezco. Mi aspecto exterior no es sino un traje que llevo puesto; un traje hecho cuidadosamente que me protege de tus preguntas, y a ti de mi negligencia. El "yo" que hay en mí, amiga mía, mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre, inadvertido e inabordable...

No quisiera que creyeras en lo que digo ni que confiaras en lo que hago, pues mis palabras no son otra cosa que tus propios pensamientos, hechos sonido, y mis hechos son tus propias esperanzas en acción. Cuando dices: "El viento sopla hacia el oriente", digo: "Sí, siempre sopla hacia el oriente"; pues no quiero que sepas entonces que mi mente no mora en el viento, sino en el mar... no puedes comprender mis navegantes pensamientos, ni me interesa que los comprendas. Prefiero estar a solas en el mar...

Cuando es de día para tí, amiga mía, es de noche para mí; sin embargo, todavía entonces hablo de la luz del día que danza en las montañas, y de la sombra purpúrea que se abre paso por el valle; pues no puedes oír las canciones de mi oscuridad, ni puedes ver mis alas que se agitan contra las estrellas, y no me interesa que oigas ni que veas lo que pasa en mí; prefiero estar a solas con la noche...

Cuando tú subes a tu cielo, amiga mía, yo desciendo a mi infierno. Y aún entonces me llamas a través del golfo infranqueable que nos separa: "¡Compañero! ¡Camarada!", y te contesto:" ¡Compañera! ¡Camarada!", porque no quiero que veas mi infierno. Las llamas te cegarían, y el humo te ahogaría. Y me gusta mi infierno; lo amo al grado de no dejar que lo visites. Prefiero estar solo en mi infierno...

Tu, amiga mía, amas la verdad, la belleza y lo justo, y yo por complacerte digo que está bien y simulo amar estas cosas. Pero en el fondo de mi corazón me río de tu amor por estas entidades. Sin embargo, no te dejo ver mi risa: prefiero reír a solas...

Amiga mía, eres buena, discreta y sensata; es más: eres perfecta. Y yo, a mi vez, hablo contigo con sensatez y discreción, pero... estoy loco, sólo que enmascaro mi locura. Prefiero estar loco, a solas...

Amiga mía, tú en realidad no eres solo mi amiga. Pero, ¿cómo hacer que lo comprendas? Mi senda ahora no es tu senda y, sin embargo, caminamos juntos, tomados de la mano...

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Adaptación
Gibrán Khalil Gibran