Sunday, January 3

Espiral

El tiempo existe siempre que exista un ente que pueda entenderlo, y que dentro de las nociones que sea capáz de entender pueda percibirle como real e inmediato. Se alimenta de los recuerdos y sin ellos sería definitivamente una linda utopía de la cual nadie podría dejar cuenta.

Es la dimensión en la que toda la realidad explicable e inexplicable sucede y transcurre, y de el se vale el creador para ejercer su omnipresente capacidad. Renace a cada instante y es infinito porque se produce y se reproduce en forma de ideas, abstracción y percepción sensorial, independientemente de la voluntad.

Los hombres somos su vehículo, se manifiesta en nuestras pupilas, cuando pestañeas o clavas la mirada, cuando sonries, o duermes. Nuestra existencia es su elixir y el nectar de su magnificencia, la proteina de su grandeza.

La edad es su sabiduria e incomparable inteligencia, y presenta en cada etapa tintes distintos y contrarios, complementarios. La dialéctica de su amor se difumina en cada momento, en cada suspiro.

Condimenta la vida y le sazona en espiral, cruzando varias veces por las mismas situaciones, tan familiares y tan extrañas al mismo tiempo. En un contexto tan similar es capaz de presentarnos cuestiones tan irrelacionablemente y extraordinariamente conectadas. Como un chip que en automático avisa al cerebro que ya se había expreimentado esto en vidas anteriores, como una especie de déja-vùh.

No deja cabos sueltos ni por atar.

Cada quien con su cada cual =)

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