Thursday, September 2

De campanas y tornados esmeralda...

Ha granizado mucho en estos días, mas aún el sol no deja de brillar. El clima ha sido inclemente, las noches tan breves y lo escaso de las palabras han echado, en definitiva, a volar mi imaginación. Cansado de labrar la madera a trazos, subí al mirador de un rascacielos con vidrios entintados, donde se reflejan todas las tardes las nubes del cielo estrellado, ahumado tras la nebulosa rojiazul, levitando por debajo del resplandor ocre de la aurora. Mis extremidades heridas dejan de volar contra corriente, cuando, al mismo tiempo, me percato que estoy inmerso en la plena calma que solo se puede disfrutar en el ojo de un huracán. Todo es tan claro desde acá arriba... mi cuerpo y mi alma, la ligereza de mi espíritu y mi ser, han sido proyectados a la deriva... es el momento... el tin tan abruma mis sentidos.

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