Sunday, June 27

La ventana

Una paradoja preciosa gira en torno a la relatividad del espacio. No menos de una decena de ocaciones había pasado de largo recorriendo ese reducido pasillo, despues subir esas escaleras y antes de aquellas otras que bajan un instante antes del salón repleto de espejos, domos blancos y suspiros, sin reparar en la pequeña ventana. Mide algo así como 45 cm. de alto y 30 o 35cm. de ancho, incrustada en la pared blanca que hace ángulo con el muro que alberga el cuarto de máquinas. La vista que es capaz de ofrecer en una tarde de viernes contradice en todo sentido sus reducidas dimensiones, y me pregunto cuantos seres inquietos e incrédulos se habrán percatado de esto. No pude resistirme y de inmediato sumergí mi rostro en el exterior que recibío mi entusiasmo con frescura, y el ir y venir de la copa de los árboles incrustados en la tierra mojada, al tiempo que la intrépida y simpática ave evaluaba el costo de oportunidad de dar pequeños saltos alrededor de el más alto hasta que se decidío a volar en otra dirección hasta perderse de mi vista. Casí debajo de mí hay un balcón, y me causa intriga saber porque nadie aprovecha su esplendor y se deleita del espectáculo, en apariencia inerte. Justo ahora es donde tengo esa sensación extraña de estar viviendo al interior de una realidad virtual: Es dificil de comprender que cada una de esas naves contaminantes sobre ruedas lleven uno o más tripulantes a bordo... ¿Hacía donde se dirigirán? ¿Que es lo que originalmente les ha traido a pilotear por estos senderos de asfalto que violan la virginidad natural? Miro unos dos grados más hacia el infinito y ese intervalo del circuito vehicular es una burlona muestra de los alcances de este valle. Millones de pequeños puntos de luz dan la ilusión anárquica de un halo luminoso sobre la ciudad, mientras se separan dos fragmentos de nube entre las cuales cruzan lineas celestiales. Alcanzo a ver el contorno de las plantas en la punta del cerro, y soy jalado de vuelta aquí por el ladrido de un despeinado perro de piernas cortas y peluda cara al que he aburrido con mi contemplativa actitud, lo cual me parece absolutamente fantástico, porque normalmente lo que de nosotros llama su atención no es la expresión, sino la actitud de nuestras extremidades, en particular de las inferiores. A lo no muy lejos, fuera del exterior, la música comienza a llenar mis sentidos de emoción. Aspiro una última bucanada de viento fresco y prosigo mi acostumbrada caminata, bajar esa escalera y doblar izquierda y derecha hasta ese salón repleto de espejos, domos blancos y suspiros, donde no se que sorpresas me esperan...

"El caos es un órden sin descifrar"
- Jose Saramago

No comments:

Post a Comment